miércoles, 19 de diciembre de 2012

perlas y respuestas

Mi querida Elena,

Te escribo con buenas nuevas: ya cobré. Hasta nueva orden he sustituido los quesitos del Día por queso de cabra del supersol. Más no le puedo pedir a la vida.

Paso a contestarte y además incluyo carne fresca. Afila.

1) Este tema que comencé a contarte sobre la segregación en los espacios culturales (o museos) en algunos países, lo voy a dejar aquí porque desde este cómodo sofá de nuestro blog, no se puede hacer más. No tiene solución desde la administración de los espacios, es un tema social y autóctono.

2) ¿A quién le interesa lo que hacemos? Qué buena pregunta. Y yo te contesto con otra: ¿a quién le interesa lo que hacen los fontaneros? pues al que tiene un atasco en la tubería. ¿Y a quién le interesa lo que hacen los que trabajan en administración? pues al que necesita que le arreglen unos papeles. ¿Y a quién le interesa lo que hacen los publicistas? (mal ejemplo porque me parecen la lacra de la sociedad, pero vale) a todo Dios, por lo visto y a nadie en particular... y así hasta el infinito. Yo no me puedo preguntar eso porque entonces apaga y vámonos, me caso, tengo mis niños y le doy mi alma a telecinco.
No, ya sin bromas. Puede ser frustrante plantearte hasta qué punto es útil o significativo lo que haces, y qué trascendencia tiene, pero creo que todo eso hay que decidirlo desde el contexto, y desde nuestro contexto lo interesante de nuestro trabajo es lo productivo que nos resulta. Un poco pronto aún para conocer su trascendencia. Mencionas tú a los contados genios que acaparan el medio. A mí en el fondo esta gente es la que menos me preocupa en el sentido de que salvo contadas excepciones, los grandes nombres (actuales, a los clásicos no les niego nada, porque así me gusten o no, han pasado la mayor prueba que es la del tiempo) no me interesan. Y hablando de eso, el otro día añadí una nueva excepción, y es este hombre del que ya tú y yo hemos hablado en lo íntimo y privado Santiago López Petit. Fui por recomendación a una conferencia que él y su pareja, Marina Garcés daban aquí en Sevilla. La conferencia se titulaba "Interrumpir el sentido del mundo", dentro de las jornadas "Sobre capital y territorio III". Muy muy bien. Creo que te mandé un mail contándote y con una foto que hice para que lo vieras. Ya sabes que tengo larga tradición de retransmitirte las conferencias a las que asisto. En esta ocasión la nota de color no la puso ningún jovenzuelo del público, si no el conferenciante anterior. Pero ya te contaré eso en petite comité, que tiene más gracia.

3) Autores que Alfaguara publica y EL PAÍS dedica artículos en cultura: Andrés Neuman, un dos tres, responda otra vez. Aquí yo creo que hay una tema interesante, y ojo que yo no me dedico a la literatura ni mucho menos, pero sí me siento dentro del ámbito desde el punto en el que escribo y leo. A lo que me refiero es a "lo correcto" tu escribes correctamente, y haces articulitos que se mojan en lo social y político pero sin pasarse, en la medida correcta, y te presentas a los concursos correctos y tienes los correctos amigos, y como consecuencia pasas a ser más que correcto. No hablo particularmente de este hombre, porque como ya te dije no lo conozco prácticamente nada, pero yo se que tú sabes a qué me refiero.
Sobre los comentarios randoms de la gente en los periódicos, pues sí, hay muchos de pegarse un tiro, pero repito: lo malo de la libertad de expresión es que la puede usar todo el mundo.

4) El término comisarios-curadores-chamanes me ha encantado. Se lo comenté al amigo este que te digo que es escultor y estuvimos hablando de eso. Cuando defendí ligeramente la figura del comisario como delimitador de lo que es oportuno al montar la exposición, un poco más y me clava el cuchillo de la mermelada en el corazón. Yo es que lo defiendo, he tenido que lidiar bastante con los artistas en el diseño de la expo, en el proceso del montaje e incluso en el proceso de creación en el que en más de una ocasión me he implicado mucho, y por cierto que es la parte que más he disfrutado. Creo que el comisario ha de saber ser objetivo para dar una visión exterior y práctica a la expo, y saber entender y defender al artista. Es una cuestión de creer en él y que él crea en ti.
El problema es el comisario divo, o el artista divo. El problema yo diría, es la farándula.


Y Aquí te dejo la perlita del día. Estoy leyendo por trabajo cosas de la historia reciente de Europa (desde la WWI) y en concreto sobre memoria, identidad y herencia europea. Y me encuentro este artículo. Te reto a que te lo leas, te reto dos veces. Me he pasado casi una hora intentando descrifrarlo, me ha faltado el análisis sintáctico. Qué problema tiene la gente con decir las cosas de manera ordenada y lógica. En cambio tengo otro de la Universidad de Utrecht que me ha parecido sencillo, pero muy interesante. Si lo quieres, que lo dudo, te lo paso.

lunes, 10 de diciembre de 2012

de segregaciones y desengaños

Por fin puedo escribir un rato. Bueno, en realidad puedo debería ir entre comillas, pero digamos que por fin me siento a escribir exclusivamente aquí.
Primero contestando a tu pregunta sobre el blog de la Red de estudios visuales: el blog lo lleva sólo el coordinador de la red, así que él publica textos generales y otros de cada miembro de la red pero con su nombre. En fin, como se irán publicando bastantes textos de personas muy diferentes, con y sin cuentas en google, lo mejor es casi no liarnos con eso y que siga como está. Por cierto que el perfil de facebook de la red lo llevo yo, ahora soy también community manager, jejeje.
Espero que con todo el tiempo que ha pasado ya hayas cobrado, porque los quesitos del Día no alimentan.
Entremos en materia:
1) de segregaciones: la verdad es que el dilema que me planteas es complicado. He estado intentando encontrar algo más por ahí sobre el tema y sólo he dado con este artículo en Vanity Fair (qué nivelazo), que dice básicamente lo que tú me cuentas, pero añade que no hay museos (aunque he visto que sí galerías) y deja entender que no puedes ir sin acompañante, pero nada sobre qué pasa si te encuentras con otros hombres. En fin, con tantas condiciones, yo veo difícil acercar un espacio de arte al público femenino. La segregación está ahí, y un espacio cultural se supone que tiene la vocación de romper esos "vicios", pero claro, qué fue antes, el huevo o la gallina. Ahora mismo la verdad es que le veo poca solución, aparte de que hubiera visitas guiadas para grupos de mujeres con las salas cerradas, pero aún así eso no me parecería una solución, si nuestro objetivo (blanco, occidental y civilizatorio) es que no haya segregación.
2) esto me recuerda a un desengaño que crece y crece desde hace años ya, y ahora en este periodo tesinante-doctorante más aún: ¿a quién le importa lo que hacemos? o, más aún, ¿a quién le importa el arte? A la gente del mundillo, claro (pero también, ¿a cuántos en serio?), pero ¿tenemos eso claro? Muchos de los textos académicos que tengo que leer cada día son absolutamente estériles, no le interesan a nadie, ni siquiera a la gente del mundillo; hay ejércitos de especialistas escribiendo cosas vacías de sentido sobre algo que a pocos les interesa, sólo para alimentar el círculo vicioso del mundillo. Es frustrante y deprimente, porque realmente quienes están en esto suelen ser los más mediocres, los que menos interesan. También sabemos que están los "genios" que acaparan tanto el poco interés que el mundillo despierta como las pocas oportunidades de crear y trabajar que hay. En fin, aquí te dejo esta reflexión de lunes por noche, con las calles nevadas.
3) sobre Andrés Neuman no te puedo decir gran cosa porque no he leído nada suyo (más que algún artículo insulso que ha publicado en el País), pero estoy segura de que el comentario de la lectora Virginia no va desencaminado. Así sin pensarlo mucho yo te diría que alguien que publique Alfaguara no puede ser el autor más brillante de su generación, quizá sí el autor que tuvo el mejor padrino de su generación, o el autor que mejor supo amoldarse al establishment de su generación. Lo de los comentarios en los periódicos es otro tema. Yo la verdad es que no les presto demasiada atención pero cuando leo alguno normalmente me echo las manos a la cabeza, porque hay gente que se aburre mucho y es muy fanática. De todas formas, más que el abuso de la libertad de expresión el problema es el anonimato, ese sí que te permite cualquier cosa.
4) bravo por esa exposición que tanto te gustó. Yo hace tiempo que no encuentro una así. Por el texto y las fotos la verdad es que creo que no me termino de hacer bien una idea de lo que es la expo, pero confío ciegamente en lo que me cuentas, y realmente me reconforta saber que todavía hay gente coherente y textos que no se van por las ramas y terminan sin decir nada. Esta era una expo de artista y no de comisario, ¿verdad? Quizá ahí está la clave. Los comisarios-curadores-chamanes que no saben quedarse en su lugar me irritan cada día más.
;-)

lunes, 3 de diciembre de 2012

Con Prisa-s y sin ellas.

Querida Elena,

Mientras repaso lo que escribo para tu/nuestra lectura, me encuentro este alegre artículo en El País sobre Andrés Neuman , que lo señala como el autor más brillante de su generación.
Más abajo se lee un comentario de una lectora que firma como Virginia y dice:


"Pésimo autor publicado por Alfaguara (eso explica este artículo)."

Últimamente me leo más los comentarios de la gente que los artículos. Este en particular, tiene hasta gracia, pero hay verdaderas discusiones en la memoria de El País que es para darse chocazos contra la pared. Lo malo que tiene la libertad de expresión es que la puede usar todo el mundo.


Qué pensamos de Andrés Neuman? A mí me parece bien, pero no como para un libro de medio kilo, no sé si me explico. Por lo menos el tío no se ha ido a Malasaña a vivir con Sabina y toda esta gente, no te lo tomes a mal Elena, que tú sabes que yo aprecio los 5 años que pasé en la capital, pero si todo el mundo se va quién podrá defendernos? (guiño al clásico chavo del ocho).


Te comento algo que seguro no vas a leer en el periódico. El viernes tuve un muy buen día aquí en Sevilla. Como te dije no tenía un duro pero me salió la tarde/noche redonda.


Fui a ver la primera exposición que me ha gustado verdaderamente en mucho tiempo. De Rodrigo Martín Freire "El triunfo del tiempo y el desengaño" en la galería Alarcón Criado. Te adjuntaría alguna de las fotos, pero son bastante regulares y no es justo. La cuestión que yo agradecí de esta expo es que estaba bien montado el trabajo, y particularmente una de las obras era muy compleja. Bueno, venga, te pongo la foto para que sepas de qué hablo, pero no te dejes guiar por la calidad de la imagen.


Mientras la subo aquí tienes un poco del texto de la nota de prensa:


El título de la exposición, “El triunfo del Tiempo y del Desengaño”, alude a la obra homónima del compositor George Friedrich Haendel, una fábula moral sobre la fugacidad de la belleza y de los placeres mundanos. La obra de Haendel, en la que participan cuatro personajes  -la Belleza, el Placer, el Desengaño y el Tiempo-, es una alegoría sobre la farsa de ilusión y el hipnotismo que los placeres suscitan en el hombre, que despilfarra su juventud en vicios y excesos. El Tiempo inmisericorde, que traerá el deterioro y el envejecimiento, juzgará con dureza las vidas banales de los personajes en fiestas y placeres y acabará llevándolos hasta la muerte.

A Martín Freire le interesa la idea de transitoriedad ya que ha sido una constante en su obra presuponiendo que el carácter efímero sigue siendo una de las principales inquietudes de la humanidad y justificando importantes consecuencias formales de su trabajo.

La exposición estará compuesta por varias piezas de carácter tridimensional,  principalmente por una instalación monumental  que protagonizará la sala de la galeria. La pieza está formada por sesgados planos de ventanas de aluminio ensamblados a masas opacas de pvc policromadas. 

(...)

Martín Freire en su trabajo le otorga a la ventana la categoría de escultura pero no es solo una excusa constructiva,  sino que la ventana de transmite una fuerza simbólica relacionada con la caducidad de la vida y una invitación a la proyección estética de la mirada,  al mismo tiempo es una evidente referencia al carácter efímero de la obra del artista.  






La verdad es que conceptualmente se agradece la coherencia. Lo único que no me encajaba nada es que el “vidrio” de la ventana en realidad era PVC, digo yo por una cuestión de peso y de precio (digo yo, porque le pregunté al artista y el chico la verdad es que estaba un poco sobrepasado en el momento y no me contestó a mi pregunta). Es una pena, porque creo que eso le quita un poco de honestidad, vamos a decirlo así, a la obra.

Por lo demás genial.

Después de eso, unos artistas amigos del de la exposición me llevaron a un concierto de un amigo suyo que empezó la carrera de Bellas Artes con ellos a pesar de tener cero intención de ser artista, al menos plástico, ya que desde el día  se veía que tenía alma de showman. Efectivamente el tipo se salía de su piel interpretativamente hablando. Un concierto muy divertido y unas letras muy locuaces. Lo mejor fue “me gustaría darle con la polla en la cara a chicas de colegio de uniforme”. ZAS.

Así terminó mi viernes cultural. No te digo más.