lunes, 3 de diciembre de 2012

Con Prisa-s y sin ellas.

Querida Elena,

Mientras repaso lo que escribo para tu/nuestra lectura, me encuentro este alegre artículo en El País sobre Andrés Neuman , que lo señala como el autor más brillante de su generación.
Más abajo se lee un comentario de una lectora que firma como Virginia y dice:


"Pésimo autor publicado por Alfaguara (eso explica este artículo)."

Últimamente me leo más los comentarios de la gente que los artículos. Este en particular, tiene hasta gracia, pero hay verdaderas discusiones en la memoria de El País que es para darse chocazos contra la pared. Lo malo que tiene la libertad de expresión es que la puede usar todo el mundo.


Qué pensamos de Andrés Neuman? A mí me parece bien, pero no como para un libro de medio kilo, no sé si me explico. Por lo menos el tío no se ha ido a Malasaña a vivir con Sabina y toda esta gente, no te lo tomes a mal Elena, que tú sabes que yo aprecio los 5 años que pasé en la capital, pero si todo el mundo se va quién podrá defendernos? (guiño al clásico chavo del ocho).


Te comento algo que seguro no vas a leer en el periódico. El viernes tuve un muy buen día aquí en Sevilla. Como te dije no tenía un duro pero me salió la tarde/noche redonda.


Fui a ver la primera exposición que me ha gustado verdaderamente en mucho tiempo. De Rodrigo Martín Freire "El triunfo del tiempo y el desengaño" en la galería Alarcón Criado. Te adjuntaría alguna de las fotos, pero son bastante regulares y no es justo. La cuestión que yo agradecí de esta expo es que estaba bien montado el trabajo, y particularmente una de las obras era muy compleja. Bueno, venga, te pongo la foto para que sepas de qué hablo, pero no te dejes guiar por la calidad de la imagen.


Mientras la subo aquí tienes un poco del texto de la nota de prensa:


El título de la exposición, “El triunfo del Tiempo y del Desengaño”, alude a la obra homónima del compositor George Friedrich Haendel, una fábula moral sobre la fugacidad de la belleza y de los placeres mundanos. La obra de Haendel, en la que participan cuatro personajes  -la Belleza, el Placer, el Desengaño y el Tiempo-, es una alegoría sobre la farsa de ilusión y el hipnotismo que los placeres suscitan en el hombre, que despilfarra su juventud en vicios y excesos. El Tiempo inmisericorde, que traerá el deterioro y el envejecimiento, juzgará con dureza las vidas banales de los personajes en fiestas y placeres y acabará llevándolos hasta la muerte.

A Martín Freire le interesa la idea de transitoriedad ya que ha sido una constante en su obra presuponiendo que el carácter efímero sigue siendo una de las principales inquietudes de la humanidad y justificando importantes consecuencias formales de su trabajo.

La exposición estará compuesta por varias piezas de carácter tridimensional,  principalmente por una instalación monumental  que protagonizará la sala de la galeria. La pieza está formada por sesgados planos de ventanas de aluminio ensamblados a masas opacas de pvc policromadas. 

(...)

Martín Freire en su trabajo le otorga a la ventana la categoría de escultura pero no es solo una excusa constructiva,  sino que la ventana de transmite una fuerza simbólica relacionada con la caducidad de la vida y una invitación a la proyección estética de la mirada,  al mismo tiempo es una evidente referencia al carácter efímero de la obra del artista.  






La verdad es que conceptualmente se agradece la coherencia. Lo único que no me encajaba nada es que el “vidrio” de la ventana en realidad era PVC, digo yo por una cuestión de peso y de precio (digo yo, porque le pregunté al artista y el chico la verdad es que estaba un poco sobrepasado en el momento y no me contestó a mi pregunta). Es una pena, porque creo que eso le quita un poco de honestidad, vamos a decirlo así, a la obra.

Por lo demás genial.

Después de eso, unos artistas amigos del de la exposición me llevaron a un concierto de un amigo suyo que empezó la carrera de Bellas Artes con ellos a pesar de tener cero intención de ser artista, al menos plástico, ya que desde el día  se veía que tenía alma de showman. Efectivamente el tipo se salía de su piel interpretativamente hablando. Un concierto muy divertido y unas letras muy locuaces. Lo mejor fue “me gustaría darle con la polla en la cara a chicas de colegio de uniforme”. ZAS.

Así terminó mi viernes cultural. No te digo más. 

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